2.08.2012





Esta noche haré lo mismo que llevo haciendo 2 semanas: me acuesto, cierro los ojos y dejo que mi mente se concentre en imaginar todas las cosas buenas que puedan ocurrirle a él, desde las obvias (como el verlo obtener su título) hasta las más disparatadas, como cuando lo vi concursando en la tv y ganando todos los premios. Recreo escenarios imposibles, por ejemplo, el otro día lo ví feliz en un globo volando sobre la sierra de Santiago.
Como una cascada de imágenes y de fuertes sentimientos muy agradables fluye toda esa energía. Yo no controlo las imágenes, simplemente pasan una tras otra y con rapidez por mi cabeza como pájaros cruzando el cielo. Lo único que hago es eso, luego de proponerme en un ratito antes de dormir imaginarme sólo cosas felices y buenas que le ocurran a él.
Es un buen ejercicio, me da paz y es la manera que encontré para dar cauce a los sentimientos que quedan después de una relación rota.


Soy feliz porque maduré y ya no le temo a mis decisiones.
Lo mejor definitivamente es estar separados pero eso no quita que siempre haya y vaya a tener todo el amor y todos los buenos pensamientos de mi persona.

Como siempre, la vida está siguiendo su curso y estoy afrontándolo bien. Cuánto amo la vida.